El Hospital de La Paz lidera un enorme avance frente al cáncer infantil

El cáncer infantil, particularmente la Leucemia Linfoblástica Aguda de Células B (LLA-B), es la enfermedad oncológica más común en niños. A pesar de los avances, más de la mitad de los pacientes que reciben la innovadora terapia celular CAR-T estándar sufren recaídas, dejando a muchas familias sin alternativas.

Pero esta semana, científicos españoles han dado un golpe decisivo a esta enfermedad con la creación de la Terapia CAR-T Tándem. Este hito, desarrollado en la Unidad CRIS del Hospital La Paz de Madrid, ha logrado que siete de once niños y jóvenes con cáncer avanzado y sin opciones previas, estén libres de la enfermedad.

Ilustración 3D de células de CAR-T que atacan células cancerosas y liberan citoquinas.

Ilustración 3D de células de CAR-T SHUTTERSTOCK

¿Qué es el CAR-T Tándem y por qué es mejor?
La terapia CAR-T convierte los propios linfocitos T del paciente en una especie de «medicamento viviente». Estas células se extraen, se modifican genéticamente en el laboratorio y se reinfunden para que reconozcan y destruyan las células cancerosas.

El problema de la terapia estándar es el «escape antigénico»: el tumor se vuelve invisible al ocultar su «bandera» (el antígeno CD19) que la célula CAR-T está programada para buscar.

Aquí es donde el CAR-T Tándem marca la diferencia. En lugar de un solo objetivo, esta versión está programada para reconocer dos antígenos simultáneamente: el CD19 y el CD22. Si la célula cancerosa se esconde del CD19, es automáticamente detectada por el CD22, y viceversa. Esta doble capacidad de ataque dificulta enormemente la posibilidad de recaída.

Una Segunda Oportunidad de Vida
Los pacientes que participaron en el estudio no tenían ya opciones terapéuticas viables. Gracias a este enfoque pionero en Europa, se logró una supervivencia global del 70% en este grupo de alto riesgo. En algunos casos, la terapia sirvió como un «puente» crucial para que los pacientes pudieran recibir un posterior trasplante de médula ósea con menor toxicidad, aumentando aún más sus posibilidades de curación.

Este logro no solo ofrece esperanza, sino que establece un nuevo estándar en la inmunoterapia pediátrica, demostrando el poder de la investigación traslacional para cambiar la vida de los más vulnerables.