Por una transición energética respetuosa
Uno de los desafíos más importantes a los que nos enfrentamos como especie es frenar los efectos del cambio climático que nosotros mismos estamos provocando en el planeta. La mayoría de gobiernos encaran este desafío a través de medidas de transición energética desde un sistema basado en la quema de combustibles fósiles. El uso de las energías renovables debe ser el camino a seguir para alcanzar la transformación de este sistema. No obstante, se descubre que estas energías limpias tienen un lado oscuro que hacen aparecer otro de los grandes problemas, la destrucción de la biodiversidad.
En el estado español la energía eólica y la energía fotovoltaica son las tecnologías más extendidas. Ambas necesitan de grandes superficies de suelo y suelen ocupar terrenos baratos donde existen algunas de las especies de vertebrados más amenazadas de Europa. El gran problema de los aerogeneradores es la mortalidad que producen en aves y murciélagos al chocar estas con las aspas. Cada año mueren miles de aves en España por esta causa, sobre todo especies de rapaces amenazadas. Los murciélagos sus cifras de muertes ascienden a cientos de miles. Respecto a las plantas fotovoltaicas, estas ocupan áreas agrícolas poco productivas, cultivos de secano herbáceos principalmente. Son paisajes de gran valor ecológico y ecosistemas de aves esteparias, especies muy amenazadas, que difícilmente pueden convivir con las fotovoltaicas.
Se tiene que evitar que la transición energética se haga a costa de la biodiversidad, ya que la lucha contra el cambio climático y contra la pérdida de biodiversidad ha de ser integral. Hay un gran consenso dentro de la comunidad científica donde se recalca, a través de directrices de organismos e instituciones internacionales, que es clave no desplegar estas plantas en áreas de alto valor ambiental. Sería muy triste que la transición de un modelo a otro sostenible se hiciera a costa de agravar la ya maltrecha biodiversidad.
Fuentes: SEO/BirdLife, Comisión Europea