Una extinción casi invisible
Casi siempre vemos los insectos como una molestia, ya sea como una plaga que amenaza las cosechas o ese bicho que nos pica, muerde o inyecta veneno. Dejando a un lado todas las fobias que podemos sentir hacia ellos el papel que tienen en los ecosistemas es muy importante. Por ejemplo, las abejas no solo producen la miel, son las responsables de la polinización de las plantas, los escarabajos y gusanos a su vez lo son de la descomposición de la materia orgánica y así sucede con un sinfín de especies que ayudan silenciosamente a que todo permanezca en equilibrio.
Pues bien, nos encontramos en un momento en que la población de insectos está disminuyendo de manera alarmante. No solo hablamos del descenso del número de abejas, algo ya constatado, sino también el de otras especies a lo largo y ancho del planeta. Según un estudio publicado en la revista Biological Conservation (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0006320718313636) todo apunta a que el 40% de todas las especies de insectos podrían desaparecer en las próximas décadas. Esta desaparición de insectos a gran escala es preocupante pues ecosistemas enteros podrían derrumbarse. El estudio señala a unos grupos de especies de insectos particularmente en peligro: polinizadores como polillas, mariposas y abejas, y escarabajos peloteros fundamentales en la descomposición de detritus. Las amenazas a las que se enfrentan son multiples; deforestación, cambio climático, otras especies invasoras e incluso la contaminación lumínica.
Pie de foto: Abeja recolectando polen (Apis mellifera)
Más allá de estudios científicos nosotros mismos podemos darnos cuenta de esta situación. Tan solo hace falta fijarse en como quedan ahora los frontales de nuestros coches después de un viaje largo por carreta y recordar como quedaban hace unos años.
Fuentes: Wikipedia y National Geografic