Un páncreas artificial que mejora la vida de los niños y niñas con diabetes tipo 1

Un grupo científico de la Universidad de Cambridge ha desarrollado un sistema semi-automatizado de liberación de insulina, conocido como ‘páncreas artificial’, que mejora sustancialmente el control glucémico en niños de entre 1 y 7 años de edad con diabetes de tipo 1 sin aumentar la hipoglucemia. La investigación, publicada en New England Journal of Medicine, es la primera que aborda esta tecnología en pacientes de tan corta edad, y revela que su uso es seguro y más eficaz para controlar los niveles de azúcar en sangre que la tecnología actual, la terapia de bomba aumentada por sensores.

Esta terapia, requiere que los padres revisen los niveles de glucosa de su hijo mediante un monitor y luego ajusten manualmente la cantidad de insulina administrada por la bomba. En este nuevo estudio se ha desarrollado la aplicación CamAPS FX, que, combinada con un monitor de glucosa y una bomba de insulina, actúa como un páncreas artificial, ajustando automáticamente la cantidad de insulina que administra, en función de los niveles de glucosa predichos o en tiempo real. Se trata de un «sistema híbrido de bucle cerrado», lo que significa que el cuidador del niño tendrá que administrar la insulina a la hora de las comidas, pero en el resto de los momentos el algoritmo funciona por sí mismo.

El profesor Román Hovorka, del Instituto de Ciencias Metabólicas Wellcome-MRC de la Universidad de Cambridge explica que «la aplicación CamAPS FX hace predicciones sobre lo que cree que puede ocurrir a continuación basándose en la experiencia pasada. Aprende cuanta insulina necesita el niño al día y cómo cambia en diferentes momentos del día. A partir de ahí, ajusta los niveles de insulina para ayudar a alcanzar los niveles ideales de azúcar en sangre. Aparte de la hora de las comidas, está totalmente automatizado, por lo que los padres no tienen que controlar continuamente los niveles de azúcar en sangre de sus hijos».

La investigación se ha llevado a cabo en 7 centros del Reino Unido y Europa en el que participaron 74 niños y niñas de entre 1 y 7 años con diabetes de tipo 1. El objetivo era comparar la terapia del sistema híbrido de bucle cerrado con la actual de bomba aumentada por sensores. Para ello, los pacientes usaron cada una de las técnicas durante 16 semanas consecutivas. Los resultados demostraron que la aplicación CamAPS FX redujo los niveles promedio de azúcar en la sangre y mantuvo durante más tiempo a los pacientes en el rango objetivo de sus niveles de glucosa comparado con la terapia de bomba aumentada por sensores. Asimismo, la terapia híbrida de bucle cerrado demostró una mejora en la calidad del sueño de los pacientes. Según los registros, más del 80% de las lecturas del sensor durante la noche estaban dentro del rango objetivo.

Julia Ware, primera autora del estudio, indicó que «los padres han descrito nuestro páncreas artificial como un ‘cambio de vida‘, ya que significaba que podían relajarse y pasar menos tiempo preocupándose por los niveles de azúcar en la sangre de sus hijos, especialmente durante la noche».

Dispositivo páncreas artificial

Terapia híbrida de circuito cerrado

Fuente: New England Journal of Medicine