La canela es, sin duda, una de las especias más conocidas y más antiguas que existen en la historia de la humanidad. En China se empleaba ya en el año 2500 a.C. y los árabes la utilizaban para aromatizar carnes, ya que se trata de un alimento que contiene un aceite esencial rico en fenol que inhibe las bacterias responsables de su putrefacción. Actualmente, se usa en varios tipos (rama y molida) y su aroma especial a madera, agradable y dulce, y su cálido sabor, la hace muy empleada tanto para platos dulces como salados. Es originaria del sur de India y Sri Lanka, aunque también se cultiva en Brasil, Birmania, Indonesia, Indias occidentales e islas del océano Pacífico, todos países cálidos cuyos inviernos no son fríos.

Pero la canela, una especia derivada de la corteza interna de árboles del género Cinnamomum, no solo añade sabor agradable a los alimentos, sino que también ha sido objeto de estudio a lo largo de los años por sus posibles beneficios para la salud. A través de la investigación científica, se han identificado varias propiedades como la de antioxidante, ayudando a combatir el daño causado por los radicales libres en el cuerpo y previniendo el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como el cáncer o las enfermedades cardíacas. Algunos estudios sugieren también su capacidad antiinflamatoria, reduciendo ciertos riesgos relacionados con la artritis, por ejemplo. Otras investigaciones indican que la canela puede ayudar a mejorar el funcionamiento y aumentar los niveles de insulina, una hormona que se encarga de regular el azúcar en la sangre, siendo beneficioso para las personas que poseen prediabetes y diabetes tipo 2. Asimismo, la canela tiene efectos termogénicos y metabólicos, aumentando el gasto energético y la oxidación de la grasa, por lo que tiene un efecto protector en la obesidad, favoreciendo así la pérdida de peso.

No podemos olvidar tampoco su potencial afrodisíaco, siendo un estimulante natural muy reconocido en la sociedad. Precisamente, es esta particularidad estimulante y el efecto que provoca en el cerebro lo que ha llevado a la Universidad de Ciencias Médicas de Biryand (Irán) a publicar un estudio recientemente recopilando otros trabajos anteriores que indagaban sobre el efecto de esta especia tan común en la función cerebral. A pesar de que uno de los principal factores de riesgo de la memoria es la edad y los antecedentes familiares, existen otros factores en los que podemos incidir y que están relacionados con el estilo de vida, como es el caso de la alimentación.

En este sentido, la Universidad de Harvard, a través de Uma Naidoo, directora de Psiquiatría Nutricional de la Facultad de Medicina, señaló algunos de los alimentos que pueden dañar nuestro cerebro y sus capacidades cognitivas. Y son varios los estudios que sugieren que la canela tiene componentes claves para la memoria y el aprendizaje. Entre ellos, una de las investigaciones de la universidad iraní de Biryand que recalca que la canela posee efectos neuroprotectores que interfieren en múltiples vías de estrés oxidativo y proinflamatorias. Sus componentes, como el eugenol, el cinamaldehído y el ácido cinámico, podrían alterar positivamente la función cognitiva “al disminuir la placa amiloide en el hipocampo y la fosforilación de la proteína tau”. Así, destacan que la mayoría de los estudios informaron que la canela podría ser útil para prevenir y reducir el deterioro de nuestro cerebro, ralentizando enfermedades como el alzhéimer.

La canela, una de las especias más comunes y utilizada en la cocina, es una gran aliada para tu memoria según la ciencia. 

Fuente: Steve Buissinne en Pixabay.