Un abrazo, aunque sea de un robot, es beneficioso para la salud

El contacto físico ha sido reconocido durante mucho tiempo por sus notables beneficios para la salud. Desde abrazos hasta simples gestos de afecto, el tacto desempeña un papel crucial en el bienestar tanto físico como mental de las personas. Este aspecto fundamental de la interacción social desencadena un complejo proceso neuronal que tiene efectos inmediatos en el organismo. La investigación científica ha demostrado que el contacto social puede reducir el estrés, aumentar los niveles de oxitocina (hormona asociada con actitudes cooperativas) y proporcionar sensaciones reconfortantes, como las caricias maternas en los bebés. Sin embargo, la ciencia apenas ha comenzado a comprender completamente estos mecanismos y sus beneficios potenciales.

Recientemente, una revisión de estudios publicada en Nature Human Behaviour confirmó los innumerables beneficios del contacto físico, tanto para la salud física como mental. Se ha demostrado que el contacto puede reducir el dolor, la ansiedad y la depresión en adultos, sin importar quién lo brinde. Los investigadores han analizado una amplia gama de estudios que involucran a más de 12,000 personas, examinando la duración y el tipo de contacto aplicado, así como sus efectos en la salud física y mental. Sorprendentemente, descubrieron que el contacto táctil, ya sea a través de abrazos, masajes o caricias, genera beneficios independientemente de quién lo proporcione, ya sea un amigo cercano, un extraño o incluso un objeto o robot.

Estos hallazgos sugieren que el contacto físico con objetos o robots podría ser igualmente efectivo para mejorar el bienestar físico y mental. Por ejemplo, estudios anteriores han demostrado que el contacto con un robot terapéutico llamado PARO redujo significativamente la percepción del dolor y los niveles de oxitocina en la saliva de los participantes. Además, aunque la investigación se centra principalmente en los seres humanos, se reconoce que muchas especies animales también se benefician de las interacciones táctiles, lo que sugiere que las mascotas podrían experimentar un aumento en su bienestar a través del contacto con sus dueños.

En conclusión, el contacto físico, ya sea con humanos, animales u objetos, puede desencadenar beneficios significativos para la salud física y mental, lo que subraya la importancia del tacto en la promoción del bienestar general. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para comprender completamente el alcance y los mecanismos de estos beneficios en diferentes contextos y poblaciones.

 

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